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Haniel Fonseca

(1989) Su obra se centra en la pintura figurativa, y su trabajo une la teoría con la práctica.

Y es que esta práctica va más allá de “simplemente” pintar. A través de su pincel y con ciertos colores, compone espacios. Espacios que resultan familiares, y nos llevan a explorar…nos.
A ir a ese lugar donde dejamos de ser, ni siquiera un objeto.
¿Es la muerte o la libertad?
¿Es lo mismo?
Lo bueno y lo malo.
Reflejado en el fuego.

Entender lo que pinta Haniel, no solo implica observar. Conocerlo nos ha hecho cuestionar lo que sentimos, lo que recordamos, y lo que creemos que no. Explorar lo que evitamos (sólo porque duele), entender un sistema del que somos parte.
Intentarlo.
Creerlo todo, y dejarlo.
Todo a través de un pincel, sujeto por una mano, guiado por un constante cuestionamiento.

“Después de haber logrado todo por ingenio, por amor o por la violencia, es necesario que lo cedas todo, que te aniquiles.”
(D ́Annunzio, 1912: 47)

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